En los institutos técnicos, tecnológicos o de educación superior, la historia adquiere un carácter más especializado, en función del campo de formación del estudiante. Puede abordarse desde la historia social, política, económica o cultural, y se promueve la investigación, el análisis riguroso de fuentes primarias y secundarias, y la construcción de pensamiento histórico. En este nivel, se reconoce la historia no solo como un saber académico, sino como una herramienta para la transformación social, la comprensión crítica del contexto y la recuperación de la memoria colectiva, en diálogo con otras disciplinas del conocimiento.